sábado, 28 de septiembre de 2013

Los verdaderos asesinos.


Una mordida, una persecución, una agresión y una intimidación son comportamientos regulares entre los perros, un instinto natural que los lleva a activar su sentido de supervivencia.  Es fácil aceptar que de cierta forma pueden generar algún tipo de peligro para los humanos, pero es fácil entender por igual que las situaciones presentadas son casos aislados, que no representan acontecimientos sistemáticos o preparados por ellos y que pueden ser evitados.
Lo que si  debe entenderse muy bien es que el comportamiento de un canino puede, en la mayoría de los casos, reflejar la conducta de su dueño. Es la extensión de sus ambiciones y sentimientos, positivos o negativos. 

Vamos a analizar esos comportamientos negativos que rayan en lo criminal y eso sí, pone en peligro a otras especies animales y a la propia sociedad. 

Resulta desagradable, como algunos propietarios de perros de razas con estímulos agresivos, se permiten repotenciar esa característica especial en sus perros convirtiéndolos en lo que los dueños si quieren ser: Asesinos.

Ya son varias las imágenes y los videos que demuestran una perversión tal, que a nivel nacional se han convocado manifestaciones para rechazar la criminalización de las razas “agresivas”, luego de que en varios noticieros la nota relevante fuera la violenta conducta canina en algunas ciudades de Colombia. Ese material audio visual montado en youtube o facebook por los mismos propietarios donde se muestran perros matándose entre sí, matando gatos y mostrando una agresión descomunal  no es más que el reflejo de los propios asesinos en serie y criminales que usan a sus perros para mostrar lo que en realidad son: bestias con disfraz de humanos. 

Una iniciativa en el congreso, pretende prohibir este tipo de razas en Colombia. ¿Pero es suficiente? 

El estatuto Nacional de Protección Animal es claro y prohíbe como lo recalcan los incisos 5, 6 y 7 del artículo 6, capítulo III entrenar animales para agredir, para incrementar su pericia con otras especies vivas y utilización de crueldad en actos públicos. 

Con eso y todo, los verdaderos asesinos siguen impunes, sin embargo más allá de aplicar la ley, también se les debería enseñar aplicar su Sentido Común. 

M. Alejandro Lemus.

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