Una mordida, una persecución, una
agresión y una intimidación son comportamientos regulares entre los perros, un instinto
natural que los lleva a activar su sentido de supervivencia. Es fácil aceptar que de cierta forma pueden
generar algún tipo de peligro para los humanos, pero es fácil entender por
igual que las situaciones presentadas son casos aislados, que no representan
acontecimientos sistemáticos o preparados por ellos y que pueden ser evitados.
Lo que si debe entenderse muy bien es que el
comportamiento de un canino puede, en la mayoría de los casos, reflejar la
conducta de su dueño. Es la extensión de sus ambiciones y sentimientos,
positivos o negativos.
Vamos a analizar esos
comportamientos negativos que rayan en lo criminal y eso sí, pone en peligro a
otras especies animales y a la propia sociedad.
Resulta desagradable, como
algunos propietarios de perros de razas con estímulos agresivos, se permiten repotenciar
esa característica especial en sus perros convirtiéndolos en lo que los dueños
si quieren ser: Asesinos.
Ya son varias las imágenes y los videos
que demuestran una perversión tal, que a nivel nacional se han convocado
manifestaciones para rechazar la criminalización de las razas “agresivas”,
luego de que en varios noticieros la nota relevante fuera la violenta conducta
canina en algunas ciudades de Colombia. Ese material audio visual montado en
youtube o facebook por los mismos propietarios donde se muestran perros matándose
entre sí, matando gatos y mostrando una agresión descomunal no es más que el reflejo de los propios
asesinos en serie y criminales que usan a sus perros para mostrar lo que en
realidad son: bestias con disfraz de humanos.
Una iniciativa en el congreso,
pretende prohibir este tipo de razas en Colombia. ¿Pero es suficiente?
El estatuto Nacional de Protección
Animal es claro y prohíbe como lo recalcan los incisos 5, 6 y 7 del artículo 6,
capítulo III entrenar animales para agredir, para incrementar su pericia con
otras especies vivas y utilización de crueldad en actos públicos.
Con eso y todo, los verdaderos asesinos
siguen impunes, sin embargo más allá de aplicar la ley, también se les debería enseñar
aplicar su Sentido Común.
M. Alejandro Lemus.